Ayer miércoles 4 de noviembre, una sección compuesta por legionarios del Tercio Duque de Alba partió desde la Base Aérea de Zaragoza con destino al aeropuerto militar de Bagdad para poner pie en territorio iraquí con la finalidad de cumplir una nueva misión.

Se trata de una Unidad de Protección de la Fuerza de la Misión de la NATO en IRAK-NMI, que, tras una rigurosa fase de preparación, el preceptivo aislamiento en un establecimiento militar de la península para evitar posibles contagios por COVID-19 y un viaje de 8 horas en avión del Ejército del Aire modelo A400M (T-23), tendrá como cometido principal proteger a las unidades que realizan las funciones de adiestramiento y asesoramiento de las Fuerzas Armadas Iraquíes.

A finales del mes de julio finalizaba otra misión que, durante dos meses, realizaron componentes de la Comandancia General de Ceuta en el marco de la misión internacional Inherent Resolve, que concluyó con la entrega de la Base Gran Capitán, donde durante casi 6 años militares españoles han estado adiestrando a casi 50.000 efectivos de las fuerzas iraquíes.

Actualmente las Unidades de la Comandancia General de Ceuta siguen realizando su programa de Instrucción y Adiestramiento para poder llevar a cabo los cometidos que la situación sanitaria pudiera exigir (vigilancia epidemiológica - “rastreadores”-, tareas de desinfección, logísticas), así como aquellos otros de carácter permanente que tienen asignados. Debido a la situación sanitaria la mayor parte de las actividades se realizan en Ceuta y tan solo aquéllas que no se pueden efectuar en esta plaza y que se corresponden con el mantenimiento de capacidades operativas esenciales, se ejecutan en los Campos de Maniobra y Tiro de la Península. Igualmente, las condiciones sanitarias han obligado a reducir los efectivos de las Unidades que participan en cada actividad y a velar por el seguimiento de los protocolos de prevención y contención de la expansión del virus.