Gibraltar será ahora más europeo con el Brexit que cuando el Reino Unido formaba parte de la Unión Europea. Es más, en un alarde de grandilocuencia mediática algunos lo comparan a la caída del muro de Berlín. Hay ganas de hacer historia.

La realidad es que ni el Campo de Gibraltar ni el propio Gibraltar podrían enfrentarse a un Brexit duro. No olvidemos que esta zona del sur de España es una de las más deprimidas socioeconómicamente, y donde las cifras de paro son las más alarmantes de Europa.  Por el contrario, en Gibraltar el desempleo es prácticamente inexistente siendo la tercera renta per cápita del mundo.  Pero actualmente tiene una gran dependencia de mano de obra española. De las aproximadamente 15.000 personas que pasan a diario a trabajar a Gibraltar cerca de 10.000 son españolas.

Pregunte a quien se pregunte, en el lado gaditano todos están contentos con esta situación, y en el lado gibraltareño hay más escepticismo. Y nos referimos al pueblo llano pues las máximas autoridades de ambos países están muy contentas a tenor de lo publicado en redes sociales.

Pedro Sánchez twitteaba:

“Iniciamos una nueva etapa. Alcanzamos un principio de acuerdo con Reino Unido sobre Gibraltar que nos permitirá eliminar barreras y avanzar hacia una zona de prosperidad compartida. Firmeza en los principios, progreso para la ciudadanía. Gracias a los negociadores de Exteriores”.

De forma similar se manifestaba la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya.

Por su parte, Boris Johnson reflejaba en su cuenta de Twiter que, acogía con "gran satisfacción" el acuerdo político de entre el Reino Unido y España, sobre la futura relación de Gibraltar con la Unión Europea. "El Reino Unido siempre ha estado, y seguirá estando, totalmente comprometido con la protección de los intereses de Gibraltar y su soberanía británica", advirtió.

Theresa May, desde Bruselas, manifestó que, -pese a que no tiene la mayoría en el parlamento- la posición del Reino Unido sobre la soberanía gibraltareña “no ha cambiado y no va a cambiar”.

Otros protagonistas con un perfil más local también han manifestado su posición favorable y de alegría a este principio de acuerdo. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha manifestado en la misma red social que:

"Levantar la verja es una decisión histórica que llega con diálogo y cooperación entre instituciones en beneficio del interés general”.

Para el presidente andaluz es clave dar certidumbre, también favorecer juntos el desarrollo del Campo de Gibraltar con garantías y controlar la incidencia del virus. Juan Marín, el vicepresidente de la Junta de Andalucía, ha manifestado que:

"Mantener a Gibraltar dentro del espacio Schengen es una buena noticia para la economía y el empleo de La Línea y toda su comarca. Es incomprensible haber mantenido en vilo a toda la población, pero me alegro de que finalmente gane el sentido común".

El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, considera que no se va a beneficiar a generaciones futuras por décadas, sino por siglos. A su vez, indicando que España actuará de "puerta de entrada" al espacio común y será "el responsable ante la UE a la hora de implementar" el acuerdo de Schengen. Extrapolándose posteriormente a otros ámbitos, como el reconocimiento de la documentación, los derechos sociales y cuestiones medioambientales, etc. "Estas son las cosas que le importan a la gente, a nuestros ciudadanos, a nuestros trabajadores, a nuestros empresarios", ha manifestado.

Parece que por una vez todos contentos, clase política y pueblo. Indicación nítida de la necesidad imperiosa que existía de llegar a una solución. Eventual, pero solución.

¿Y qué dice lo pactado?

En primer lugar, que hay que seguir negociando pero que las líneas marcadas son: de aquí al verano, la verja desaparecerá; Gibraltar se integrará en el Schengen, no será frontera exterior de la UE el espacio europeo de 26 países sin fronteras internas, y no tendrá frontera terrestre para las personas que entren en su territorio. Por último, la agencia europea de fronteras (Frontex) vigilará los controles en un puerto y un aeropuerto que, España nunca reconocerá como territorios cedidos en Utrecht.

La historia sobre esta historia se antoja que aún no cerrada por un pacto cuasi obligado por el peso de la economía y la transcendencia de la pandemia. No vamos a comparar nada con la caída del muro de Berlín. Una referencia, en 2019 España exportó bienes a Gibraltar por valor de 1.403 millones, de los cuales 890 millones procedieron de Andalucía, según datos de la Agencia Tributaria.

La Verja se levantó en 1909, estuvo cerrada entre 1969 (el 8 de junio de 1969 el gobierno de Franco, en protesta por la aprobación de la Constitución de Gibraltar, que mantenía el vínculo con la Corona británica, pidió el cierre de la colonia) y 1982 (a la llegada al poder de Felipe González, se decretó reabrir el paso fronterizo para peatones el 14 de diciembre de 1982).  La apertura definitiva para personas, vehículos y mercancías tuvo lugar el 5 de febrero de 1985, tras dos meses de la firma de la Declaración de Bruselas en la que España y Reino Unido sentaron las bases para reanudar las conversaciones sobre su soberanía. Y más de un siglo después de su construcción quedará sin control de acceso para atravesarla.

“El derribo de las barreras” anunciado por el Gobierno español para dentro de seis meses será más metafórico que pragmático pues es más que probable que la barrera permanezca levantada, al bordear el aeropuerto y evitar así posibles accidentes. Dándose la asombrosa paradoja de que la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha significado que Gibraltar será en 2021 más europeo de lo que nunca lo ha sido en cerca de medio siglo de pertenencia del Reino Unido a la UE.

Y, ¿cómo queda eso de ¡Gibraltar español!?