Según el criterio de Caballas el Estado de Israel vulnera las leyes internacionales. Burla los acuerdos de la ONU. Ataca con una violencia desmedida a una población indefensa.

Para Mohamed Ali: “Se está́ escribiendo un capitulo más de uno de los genocidios más horroroso y repugnante de este siglo. Ante una vomitiva complicidad de quienes se piensan que les asiste la legitimidad suficiente para manejar el mundo a su antojo".

En esta ocasión, comenta Ali, el detonante del recrudecimiento del conflicto han sido las expulsiones ilegales de familias palestinas de sus propios domicilios en Jerusalén Este.

El portavoz de Caballas hace referencia a manifestaciones de Rupert Colville (portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos) y a la ONU que ha calificado lo ocurrido de posible "crimen de guerra", la cual y recuerda que "todas las resoluciones y medidas administrativas y legislativas de Israel, la potencia ocupante, que han alterado o pretenden alterar el carácter y estatus de Jerusalén Este, incluida la expropiación de tierras y propiedades, son nulos, carentes de valor y deben dejarse sin efecto de inmediato".

"Estas acciones son ilegales bajo el derecho internacional humanitario y solo sirven para alimentar las tensiones sobre el terreno", señaló́ el portavoz de Exteriores de la UE, Peter Stano.

Para el Grupo político, ningún demócrata del mundo, ninguna persona que “defienda los derechos humanos como código ético universal puede permanecer impasible ante esta nueva oleada de crímenes”.

Es por ello, que Caballas se manifestará y expresa públicamente en el Pleno de la Asamblea su solidaridad con el pueblo palestino “víctima de un genocidio horrendo perpetrado por el Estado de Israel”.

Por otro lado, también condenara en el hemiciclo con la máxima rotundidad posible, las acciones bélicas llevadas a cabo por el Estado de Israel contra familias palestinas “inocentes a las que se ha expulsado ilegalmente de sus casas”.

Y exigirá que se cumpla el derecho internacional, que se obligue a Israel a asumir las resoluciones de la ONU y el cese inmediato de “la impune violación de los derechos humanos que allí se está produciendo”.