“Cuando existe abuso, precariedad laboral y la percepción de una retribución es inferior al trabajo realizado, podemos estar hablando de explotación laboral”, así de claro lo define Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) en base a las condiciones laborales del personal perteneciente a esta unidad.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) se ha convertido en los últimos años en una de las unidades de las Fuerzas Armadas que, más notoriedad ha adquirido mediáticamente y reconocida popularmente, y Defensa no se escatima esfuerzos ni se pierde oportunidad para dar noticia y ensalzar el trabajo efectuado.

Sin embargo, tras una idílica imagen existe una realidad oculta donde el trato a los hombres y mujeres militares tiene tintes de explotación laboral y merma de derechos, quizá por una deficiente planificación y gestión en el conjunto de la UME.

Por lo cual, el “Informe UME” realizado por AUME sobre la situación laboral del personal perteneciente a la UME, donde el menoscabo de derechos de sus componentes entra en contradicción con la idílica imagen que se proyecta desde el Ministerio de Defensa de dicha unidad, rayando con la explotación laboral.

Dicho informe se eleva al Ministerio de Defensa mediante el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS), para su consideración y con propuesta de cambios normativos urgentes para la regulación, en adecuado equilibrio de las obligaciones y derechos de los componentes de dicha unidad.

Con este informe se pretende exponer la situación laboral de los miembros de la UME, donde el desequilibrio existente entre los deberes y los derechos en el desarrollo de sus cometidos tiene una gran incidencia negativa en los hombres y mujeres que, de forma particularmente callada, desarrollan su trabajo en ella.

AUME hace una comparativa de la idiosincrasia particular de la unidad, los que, tienen un extra de penosidad y peligrosidad, en comparación con otras unidades militares en situación de paz. Unas condiciones que hacen supeditar jornadas, horarios, intensidad de trabajo, disfrute de derechos, etc., a las necesidades que las emergencias imponen.

La ardua normativa de esta unidad, que combina componentes militares con otros civiles, no facilitan un conocimiento transparente y público de la situación real de estos trabajadores, los que, sufren graves desigualdades en relación con otros ámbitos laborales y las restricciones de derechos que les son impuestas, por falta de queja y reivindicación al estar sujetos a la disciplina militar y consecuencias disciplinarias y retributivas -entre otras- a las que están expuestos.

Esas barreras en el ámbito laboral circunscritas al BIEM III, pueden extrapolarse al resto de la UME, pues atañen a toda la unidad repartida por el territorio nacional.