Sobran razones para las enfermeras de Ceuta acceder a la jubilación anticipada

Las enfermeras y enfermeros de Ceuta cumplen los mismos requisitos que, otros colectivos profesionales, para aplicarle un coeficiente reductor de la edad de jubilación.

Sobran razones para las enfermeras de Ceuta acceder a la jubilación anticipada

El Sindicato de Enfermería, SATSE, se ha marcado como objetivo prioritario acceder a la jubilación anticipada de manera voluntaria a las enfermeras y enfermeros de Ceuta, ya que, da respuesta a la problemática de seguir trabajando en condiciones duramente penosas, y se mejoraría la atención a los ciudadanos, como también al funcionamiento del INGESA.

La secretaria autonómica, Elisabeth Muñoz, pidió al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, -en su visita- un coeficiente reductor de la edad de jubilación sin costes para el personal.

Escrivá se ha comprometido a interesarse por esta petición ante la Seguridad Social. Con independencia de este asunto, y en relación a las profesiones, el ministro ha indicado que trabaja con los agentes sociales en la segunda reforma, para desarrollar un mecanismo reglado de las condiciones de penosidad de los trabajos, porque hasta ahora estos han sido demasiado burocráticos y discrecionales en algunos casos.

El Sindicato de Enfermería viene reclamando el reconocimiento de este derecho laboral desde hace mucho tiempo e, incluso, antes de la pandemia, y ahora una vez superado lo peor de la crisis sanitaria, se retomará con más fuerza en Ceuta.

SATSE subraya que las enfermeras y enfermeros cumplen los mismos requisitos que otros colectivos profesionales, como los policías, trabajadores del sector ferroviario, personal de vuelo o profesionales taurinos, a los que el Gobierno ya les ha aplicado un coeficiente reductor de la edad de jubilación en virtud de la Ley General de la Seguridad Social.

Esta norma, añadió, prevé que la edad mínima exigida para tener derecho a pensión de jubilación pueda ser rebajada en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad y mortalidad. Unas duras condiciones que las enfermeras y enfermeros ya sufrían antes de la pandemia y que se han visibilizado y empeorado aún más en los dos últimos años de incansable lucha contra el covid-19.

También alude, a los riesgos biológicos (contagios por cortes, inhalaciones, pinchazos…), químicos (medicamentos peligrosos, alergias a material…), físicos y mecánicos (ruidos, iluminación, temperaturas, sobrecarga física, riesgos de caídas, radiaciones ionizantes…) o las agresiones físicas y verbales.

SATSE recuerda que la profesión enfermera es ejercida en más de un 85 por ciento por mujeres, y al vincularla socialmente a los roles que, tradicionalmente se asocian al género femenino del cuidado (hogar, familia…), no se le reconoce suficientemente la gravedad de sus condiciones laborales.

Muñoz apunta que:

“La sociedad no percibe la afectación psicológica, el estrés o el agotamiento emocional que provoca el contacto permanente con el sufrimiento humano. Por ello, no se están adoptando las medidas de compensación que ayuden a proteger su salud, también en la última etapa de su vida laboral”.

El sistema de jubilación por coeficientes reductores que defiende SATSE no implica una sobrecarga adicional del sistema público de pensiones ni tampoco de la Seguridad Social, ya que prevé una cotización incrementada que, se abonará durante toda la vida laboral de cada profesional.

Además, la organización sindical incide en que posibilitar la jubilación anticipada de las enfermeras y enfermeros que así lo deseen conllevaría la contratación de nuevos profesionales, rejuveneciendo de esta manera las plantillas en los centros sanitarios de Ceuta.

De otro lado, SATSE apunta que su labor conlleva, además, la necesidad de prestar servicios de manera permanente y continuada a lo largo de todo el día y el año, lo que requiere que se trabaje a turnos y por las noches, festivos y guardias. Todo ello impide al organismo adquirir hábitos naturales de sueño, alimentación y descanso cuya alteración, según multitud de estudios científicos, afectan a su salud y bienestar psicosocial.

A modo de ejemplo, a través de un estudio, Muñoz añadió que, los profesionales de turno de noche pierden 5 años de vida por cada 15 años de trabajo en turno de noche y que existe mayor mortalidad asociada al turno de noche, de hecho, las mujeres que trabajan en turno de noche presentan un 11 por ciento más de riesgo de muerte.

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