Sectarismo ideológico frente al interés general

Cuando el interés político prima sobre el interés general los grandes damnificados siempre son los ciudadanos, y en esta ocasión quienes residen en la Comunidad Autónoma de Madrid. Quisiera comenzar mi artículo recordando que el confinamiento declarado  por barrios en Madrid se amparaba en una ley orgánica que habilitaba a las administraciones a restringir derechos fundamentales, mientras que el cierre de Madrid ordenado por el Ministerio de Sanidad liderado por el  filósofo Salvador Illa se basa en el artículo 65 de la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud de 2003, que según los magistrados del TSJM no permite limitar la libertad de movimientos de los ciudadanos.

¿Qué habría sucedido si el Gobierno de Madrid hubiera estado en manos de Ángel Gabilondo, exministro socialista? Estoy totalmente convencido de que habría pasado exactamente igual que lo sucedido en Cataluña durante el verano: nada, absolutamente nada. Aunque tampoco habría sido necesario, puesto que habrían sido capaces de consensuar las medidas necesarias para proteger a la ciudadanía. El presidente del desgobierno social comunista puede hacer una mesa para la autodeterminación en Cataluña, una negociación para acercar presos etarras al País Vasco e incluso lamentar profundamente el suicidio de un asesino sanguinario, pero no puede consensuar nada con una comunidad presidida por el Partido Popular.

Los españoles somos plenamente conscientes que hay 59.000 fallecidos por coronavirus que el Gobierno se niega a reconocer. También somos conocedores de que el Consejo de Seguridad Nacional notificó desde enero hasta 11 alertas a Presidencia del Gobierno alertando de la gravedad de la pandemia del covid-19, alertas que Pedro Sánchez desoyó. Sin embargo, algunos y algunas desconocen que mientras la deuda pública se dispara al 118% y el techo de gasto al 54%, nuestro presidente nos ofrece como receta mágica más gasto y más impuestos. Sin ninguna duda la crisis no es simétrica, se ensaña mucho más con los gobiernos más incompetentes y, lamentablemente, todas las informaciones señalan que nuestro país está siendo duramente azotado por la crisis sanitaria y la crisis socioeconómica derivada.

En cualquier caso, ¿quién podría ofrecer una explicación razonada diferente a la ideológica que pudiera explicar cómo se declara un Estado de Alarma en plena mejoría tras la puesta en marcha por el Gobierno autonómico de una completa batería de medidas? En concreto, en la semana del 28 de septiembre al 4 de octubre se han contabilizado 16.770 casos, un 42% menos que hace apenas quince días, y las UCI madrileñas están ocupadas al 25% del pico que se alcanzó en Madrid. Los datos son incuestionables, a pesar de las infructuosas intentonas del ministro filósofo, el peor ministro de Sanidad de nuestra historia democrática, por desmentirlos.  Aunque, ¿qué miembro del desgobierno social comunista puede recibir un aprobado en las circunstancias actuales? Ninguno. Sin ninguna duda, el peor Gobierno jamás conocido.

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