Señor Rivera, se lo tengo que decir..., ¡usted no está bien!

Riverafueradesi
Rivera fuera de si

Llevo semanas mordiéndome la lengua, pero tengo que decírselo….Hágaselo usted mirar señor Rivera. Esa obcecación con el presidente del Gobierno no es sana. Y hoy voy a decírselo porque ya veo que sus corifeos no se atreven. No es el sanchismo lo que vamos a “tragarnos”. Es el riverismo sin que nadie le haya mandatado para que eche a Pedro Sánchez. Es usted el que se ha adjudicado un papel que nadie le ha otorgado. Ha sido usted, incapaz de asumir su derrota. Porque usted es un perdedor, un tercer ola, y el pueblo soberano, el dueño de sus propios votos, no quiere que usted gobierne... ¡Hágaselo mirar!

Le oigo, señor Rivera, invitar nervioso y ofuscado a los que no están de acuerdo con usted a “marcharse con viento fresco” o a que “monten su propio partido”. Habla de que no va a dejar “al sanchismo campar a sus anchas”. O de que si no se actúa como usted dice, bloqueando la democracia, “tendremos que tragarnos -tal cual ´tragarnos´- a Sánchez una legislatura o diez años”. Y una, estupefacta, se pregunta en qué escuela ha aprendido usted esto de la democracia. Señor Rivera. No hay que ´tragarse´ nada, los ciudadanos eligen ¿sabe usted? Cada cuatro años van a las urnas y eligen a un partido ganador y a su candidato para que gobierne el Estado. ¿Todavía no se ha enterado de que han elegido a Pedro Sánchez y no a usted?

A usted solo le queda actuar como un político responsable y ejercer una férrea, si así lo desea, oposición de control al Gobierno. Para eso le pagamos, -si, señor Rivera, los españoles le pagamos su sueldo- para eso lleva usted ya unos cuantos lustros cobrando un buen sueldo de las arcas públicas y por eso, usted ha adquirido unas responsabilidades y una labor que no consiste en frenar al país, a la economía, a las inversiones, al gobierno electo, sino más bien al contrario, contribuir a acelerar la conformación del mismo para que cuanto antes, usted y su partido liberal puedan ejercer la oposición.

Creo honestamente que su obcecación con el presidente del Gobierno, y ganador de las elecciones, donde su partido ha quedado en tercer lugar, es ya preocupante. Se lo dicen las cabezas mejor amuebladas políticamente de su partido. Ya sabe quien, Garicano, Valls, Roldan, de Carreras, Nart, Vázquez, Ana Fonseca, Punset, Yáñez, Igea, otros tantos que se han ido, la ejecutiva al completo de Jerez, y unos cuantos más que lo piensan y no se atreven aún por miedo a perder sus puestos. Se lo dicen sus votantes, sus simpatizantes. Se lo dice unánimemente la práctica totalidad de los medios de comunicación del país, conservadores y progresistas. Se lo dice Macron, a quien usted incluso tomó el pelo descaradamente poniendo en su boca alabanzas hacia su “estrategia”, donde sólo había durísimas críticas. Desde la lógica de la razón, nadie consigue entender su conducta. Veta a los socialdemócratas, sus socios naturales, para abrazarse a la extrema derecha. Solo me queda pensar que cuando dieron la asignatura de responsabilidad y política de Estado, fairplay y cortesía parlamentaria, usted ese día no acudió a clase.

Ni aún así se entiende, salvo en términos de salud mental [en su parte de obcecación, digo], que haya confundido algo tan elemental, como son los votos, con los vetos. No le pagamos para que ponga vetos, chantajes, mentiras, y catastrofismo encima de la mesa nacional. Le pagamos para que aporte experiencia, cordura y lucidez parlamentaria. Una persona como usted, en estas condiciones, sinceramente no puede ser presidente del tercer, o cuarto, partido del país. Usted no está bien, sus gestos, su nerviosismo, su ansiedad incontrolable, y la conceptuación que tiene del “sanchismo”, equiparándolo a “terrorismo”, “corruptismo”, o sabe dios qué, al tiempo que se siente ungido de los dioses para librarnos a los españoles de aquello que hemos votado en urnas. Y por si fuera poco, nos mete en las instituciones a la extrema derecha, que esa sí que da miedo. Algo le falla señor Rivera. Y llevo semanas mordiéndome la lengua, pero tengo que decírselo….

Y voy a decírselo porque ya veo que sus corifeos no se atreven. No es el sanchismo lo que vamos a “tragarnos”. Es el riverismo sin que nadie le haya mandatado para que eche a Pedro Sánchez. Es usted el que se ha adjudicado un papel que nadie le ha otorgado. Ha sido usted, incapaz de asumir su derrota. Porque usted es un perdedor un tercera ola, y el pueblo soberano, el dueño de sus propios votos, no quiere que usted gobierne. Quiere que sea un comparsa del líder. Y si no es un buen comparse la próxima vez será usted la cruz de la moneda acuñada con la cara de una tal Rosa Díez y le mandará a usted y a su partido al mismo sitio donde ellos están ahora. La soberbia, señor Rivera, no es compatible con la regeneración de la Democracia ni con el sentido del Estado. Primero España y los intereses de los españoles. Después usted, por cierto, que esta última frase me recuerda a un coetáneo suyo, en las antípodas ideológicas pero igual de “regenerador de los intereses propios”, en lugar de los colectivos. Dejan de parar al país, acepten la decisión del pueblo soberano y hagan una buena oposición por favor.

You are using Opennemas CMS
TRY IT NOW