La dicha de pertenecer a la “ProiFamilia” en tiempos del Coronavirus

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El día que esto empezó, como a todas las personas, sentimientos de incertidumbre nos invadieron, pero lo que más nos cuestionábamos era: ¿cómo vamos a hacer para no ver, escuchar, sentir… a nuestros chicos y chicas?… Nuestro “trabajo”, por llamarlo de alguna manera, sobrepasa lo profesional en la mayoría de las ocasiones, llegando a ser más personal, porque, como dijo Confucio “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Como ya afirmamos, “somos una ProiFamilia”. No pretendemos exagerar, pero la sensación que tuvimos fue la de separar a sus miembros en diferentes casas.

Los primeros días de asimilación frente a la nueva situación fueron ambiguos, y se nos planteaba el reto de llevar nuestro programa a los diferentes hogares, labor que se nos hacía ardua al intentar garantizar un ocio realmente accesible para todos y cada uno de nuestros jóvenes, teniendo en cuenta las necesidades individuales de los mismos. Por otro lado, en lo emocional, echábamos de menos el estar con ellos en nuestro local o en cualquier otro espacio físico, rodeados de una atmósfera única, en la que las risas expresan, las miradas hablan y los gestos cuentan; ese ambiente cotidiano que se veía amenazado.

Para la mayoría de nuestros jóvenes, PROI es ese lugar donde se reúnen chavales con la misma edad e inquietudes, en un ambiente cercano y relajado en el que disfrutan de su tiempo libre, siendo la única vía de escape del tedio que todos sentimos cuando pasamos demasiado tiempo en casa.

Y es que el objetivo de nuestro proyecto radica en que nuestros usuarios expresen sus sentimientos y compartan ilusiones a través de la puesta en marcha de diferentes talleres o salidas; proporcionando oportunidades comunicativas y de socialización tan necesarias para el desarrollo pleno de cualquier persona.

PROI QUEDATE EN CASAFrente a esta terrible pandemia, también nace lo positivo…, de repente nuestros corazones se engrandecen y nuestros lazos se estrechan a través de una pantalla y unos auriculares. En cada una de las reinventadas sesiones online, nos conectamos a una plataforma  y desconectamos de la situación global que nos rodea, en la que el  virus no existe, no vivimos separados, y simplemente estamos en ProiFamilia. Aquí, al margen de llevar a cabo la actividad o taller, todas las personas intercambiamos preocupaciones, ideas y emociones, adaptándonos a las diferentes capacidades y modos de comunicar (pictogramas, gestos, etc.). De esta manera, se hace más llevadero el transcurso de esta pesadilla que se nos presenta inesperadamente y con fecha de finalización desconocida, donde vemos aún más necesaria nuestra labor.

Queremos reflejar la dicha que sentimos en estos momentos tan grises que atravesamos. Hemos tomado consciencia de la gran calidad humana que hay tras este proyecto, de que no hay Libro de Familia que pueda registrar tantos miembros. Nos ha hecho valorar aún más a todos los colaboradores, voluntarios, familiares y todas aquellas personas que nos hacen llegar su afecto y apoyo cada día. Gracias por ofreceros a compartir vuestro tiempo: participando  en una sesión o taller, mandando un mensaje de ánimo, un saludo, una dedicatoria, un me gusta…

Pero sobre todo y para terminar, si a alguien tenemos que dedicar estas líneas, es a vosotros, al alma de PROI, a nuestros chicos y chicas: no dejáis de sorprendernos con vuestra fortaleza y manera de ser, adaptándoos a cualquier circunstancia con positividad y asertividad y viviendo el confinamiento como un reto más que os presenta la vida. Sois vosotros los que estáis haciendo estos días más livianos para todos los que tenemos la suerte de teneros cerca, dándonos mayor impulso en la lucha por y para la construcción  de una sociedad realmente  inclusiva y accesible.

 Con mucho cariño, el ProiEquipo.

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