En pleno siglo XXI debemos llevar cuidado con ciertas cosas que algunos queremos llevar a cabo en la vida para mejorar una sociedad asqueada y decepcionada. La cárcel no es sitio para nadie, bueno quizás para asesinos y otros individuos capaces de cometer atrocidades, pero no es lugar para inocentes, no es un sitio apropiado para personas de buen corazón, de esas que quieren hacer mucho y bueno por la gente. La libertad es la joya más valiosa que una persona puede tener. La libertad para opinar y expresar nuestros pensamientos, es un derecho y eso incluye el no ser molestado por decir lo que creemos.

La libertad es uno de los atributos de las personas ya que forman parte de la dignidad de las mismas y si nos la arrebatan nos quitan parte de nuestra esencia, de nuestra dignidad, quedando desprotegidos. Esa forma de actuar, la de taparnos la boca cual dictadura, ya pasó y aunque algunos piensen que aquello estaba bien, no dejaba de ser un maltrato al ser humano y un pisar de derechos que entonces no se tenían.

Pero no, hoy no. Ahora alzamos la voz en contra de las injusticias y hoy decimos bien alto que lo que se ha hecho en contra de Guerrero es una injusticia de libro. Le han tapado la boca (metafóricamente hablando) para que no denuncie la corrupción que hay en esta ciudad. ¿Qué vais a hacer ahora con todos nosotros? ¿Encarcelarnos también?

Convivimos con pseudopolíticos de sonrisa forzada detrás de esas máscaras que cubren sus escándalos y mentiras. Nos cruzamos con ellos por nuestras calles, te abrazan para conseguir su trofeo más preciado, para después reírse desde sus despachos de todos a los que han engañado con sus buenas palabras.

Creen que tienen el poder ofreciendo migajas a cambio de votos y lo que aún no han aprendido es que el verdadero poder se encuentra en la unión de un pueblo harto de necedades y necios. La gran mayoría de las personas ya han abierto los ojos y los oídos y saben lo que hay.

Lo de falsear e inventar historias tienen los días contados y los autores de este deleznable acto lo saben. Mi verdad es aquella en la que limito su extensión a la capacidad de actuación, conforme a los dictados de la razón o en conformidad con los valores universales, como son la verdad y la mentira, el bien o el mal.

Javier, “El buen doctor” quiso ser libre y esto conlleva una exigencia, la de ser valiente, suele ser más fácil obedecer ciegamente aquello que te ordenan, por duro que sea, que ser tú mismo, tal y como es Guerrero y por ser él mismo, hoy está en prisión privado de su libertad, todo esto le ha sucedido por no acceder al rol que le han querido etiquetar los poderes fácticos.

La mayoría de las veces el progreso debe rechazar al convencionalismo, ya que uno puede decidir qué tipo de persona ser o dejar que los demás te digan quien debes ser, esto depende de uno mismo, por ello “tu libertad termina donde comienza la mía”.

Y parafraseando a Miguel de Cervantes acabo: “La libertad Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no se pueden igualar los tesoros que encierran la tierra y el mar”.

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