Los grandes perdedores, una globalización que lo devora todo

La clase media tal y como la conocíamos, se encuentra en peligro de extinción, debido a que el actual modelo económico, está polarizando los empleos, existiendo unos muy cualificados y otros demasiado precarios. Estamos ante un colapso del sistema que no permite integrar a la mayoría; los trabajos se están concentrando en las grandes metrópolis muy globalizadas, la riqueza la crea un pequeño grupo de privilegiados son, los llamados burgueses new school.

Estamos sufriendo cambios de nuevas clases en este mundo tan polarizado y ni siquiera nos estamos dando cuenta. Las élites, la burguesía, los intelectuales deben ser conscientes de que existe un pueblo dentro de nuestro propio país, un estado no puede avanzar solo con sus grandes ciudades. El gran problema de las clases medias son las condiciones salariales de sus trabajadores y un indicador claro, son los hogares de muchas familias, donde los ingresos medios han visto su estándar de vida estancarse o empeorar, mientras los que ganan más siguen acumulando dinero y riquezas.

Si en los años ochenta los hogares de clase media fueron el motor de la economía de nuestro país, hoy han dejado de serlo, para otorgar este título a los hogares más ricos, decir que nuestro país es el único donde casi toda nuestra población que abandonó la clase media, actualmente se encuentra en umbrales de pobreza total. Quedando claras las dos únicas clases existentes, la rica o la pobre.

Si a todo lo expuesto anteriormente le añadimos el envejecimiento de nuestro país, dispara el gasto en salud. Las familias deben invertir muchísimo más en la educación de sus hijos, sin olvidarnos de la falta de viviendas y el encarecimiento de las mismas, esto dará lugar en un futuro no muy lejano a que la economía actual colapse. Este fenómeno en el cual estamos inmersos, originó hace años la clase mileurista, con sueldos que no pueden cubrir siquiera las necesidades básicas, viéndose obligadas muchas familias, a recurrir a la beneficencia.

Otra de mis preocupaciones es la situación de nuestros jóvenes, los cuales en estos momentos atraviesan tiempos turbulentos, la mayoría bajo el amparo de padres y abuelos, encontrándose sus vidas en una especie de paraíso capitalista maquillado. Los definiré como burguesía low cost. Un panorama que no invita a la tranquilidad. No ayuda en absoluto que este colectivo actualmente viva de las migajas que el Estado les ofrece, ya que no hay nada más allá de un presente turbio.

Según el último trabajo del Consejo Económico Social (CES) evidencia que la desigualdad aumentará muchísimo más con las últimas crisis sufridas. Es bastante penoso que la clase media vaya desapareciendo, ya que costó mucho sufrimiento y sacrificio conseguirla, fue la propulsora de que nuestro país se enriqueciera.

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