La desescalada del sin vergüenza

Hay que ver la picaresca española, que lo primero que se nos ha venido en mente al ver el titular del articulo ha sido, nuestro presidente Pedro Sánchez. Muchos dirán, que no es su presidente, pero como esto trata de una comunidad de vecinos, tampoco a mí me gusta el que tengo y mas no deja de ser mi presidente.

Me refiero a mi vecino Gabriel, un prenda, que solo vota en las reuniones lo que al él más le conviene para la república independiente de su casa, es más, parece que vive de alquiler y como si la cosa no fuese con él. No ve más allá de su ombligo. Pero claro el presidente, necesito de su voto para gobernar la comunidad. Gabriel, cuando nos reunimos para poner una norma en las zonas comunes del edificio, con una derrama para poner unas medidas sanitarias debido al Estado de Alarma que vivimos, decía que no era necesario, que él ya tomaba sus precauciones en su rellano. Que la comunidad ya no le quitaba más dinero, como diciendo la comunidad me roba.

Este señor, que no quiere atender y cumplir las normas del Gobierno de la comunidad, hace exigencias sin querer aflojar el ‘canut’, -como diría el en su lengua materna catalana- o sea asumir las derramas debido a la situación que se propuso en la orden del día de la comunidad. Su tren de confinamiento es una desescalada total, según los vocales de balcones, por la mañana se va hacer deporte, cuando llega saca al perro, después se va a la compra y al llegar, quita a su hijo a dar un paseo, ¡Ah, también acompaña a su anciano padre a pasear! Por la tarde, repite lo mismo. Su señora, hace lo mismo, pero, con su suegra, la niña y el caniche de ella. Y ahora amenaza a Pedro, el presidente apretándole en las juntas.

Pero lo más gracioso es que se le ha unido, su vecino, el vasco del ático con terraza, que ese piensa que es igual que Gabriel, que también por haber votado a Pedro, para darle la comunidad, se cree con derecho de pernada.

Este es un edificio muy singular, más bien raro diría yo, en el segundo tengo de vecino a Pablo, que quería hacerse con la comunidad y no lo consiguió debido a los que él llama socios de Pedro, los que hoy le aprietan, el vasco y el catalán. Pablo también está casado y con niños, alguno estudiando fuera, en Santiago, pero su hijo Alberto no es el meapilas de su padre, y se han contrariado con las mejoras sanitarias de la comunidad en este Estado de Alarma. Porque como dice el que estudia en Galicia, no se puede poner en peligro una comunidad por enfrentamientos de poder. Puede traer consecuencias y estas después le pasara factura en la urna comunitaria y serán los vecinos, jueces y verdugos.

Pero bueno, si al perro flaco todo son pulgas, otra opositora, la divina del primero, Inés, que conoció a su marido de aquella cuando trabajaba con Gabriel, pero el destino de la divina le obligo a su marido a dejar la empresa donde trabajaba mano a mano con el catalán. En fin, la divina, nuca quiere quedar mal con los vecinos, no dice ni sí, ni no. Ahora sí, le zasca cuatro ideas a Pedro, que, para ella, es como se deben hacer las cosas en la comunidad. También está el del cuarto, este no dice nada hasta el día de la junta que todos los vecinos cuando lo ven venir susurran cuchicheando, ‘¡Ojo, que viene Santiago, cierra el portal, para que no entre!’ Lo que viene a ser que, este es de ideas fijas, mira para delante, lo de él es lo que vale y las antiparras (orejeras) no le dejan cambiar de dirección.

Menos mal que Pedro tiene a su amigo Pablo Capillas, -que casualidad de amistad, como los picapiedra- este vale para para un roto que un descosido. Sí, es el vicepresidente de la comunidad y secretario, vive en el segundo, y podemos contar con él para todo tipo de mejoras que le pidas de la comunidad, para él, el estado de bienestar de la comunidad es lo más importante, así se ve la moratoria de pagos en las cuentas, aunque nos lleve a una derrama.

Mañana tenemos junta de vecinos, y esta el ambiente calentito, pues Gabriel, Pablo e Inés, ya se encargaron de hacerlo. De ellos depende la cordura, para ir al unísono en la comunidad, y adoptar las medidas de protección que ha propuesto Pedro.

No dudo que con una buena negociación y "propuestas" en la junta de vecinos, la situación se normalizará, al menos hasta la siguiente reunión donde volverán a las andadas.

Pero tengo esperanza, porque me ha dicho la portera, la que lleva la voz cantante por los rellanos, ¡sí! Jesusa, la discreta… Pues bien, esta me ha susurrado por lo bajini al oído varias cosas, … Pues bien, esta me ha susurrado por lo bajini al oído varias cosas, … Que Inés tiene juntera con el vasco y apoya a Pedro en la junta. ¡Ja, ja, ja, es amor u obsesión!, lo de ella no lo sé, pero que le ‘acepto’ las cuatro propuestas está por ver, y al vasco al final le arreglará el parterre de su terraza con cargo a la comunidad. Pero la noticia bomba, que me dio Susa, que será la comidilla de los rellanos y de la junta, es Juan Carlos, ya no apoya a la divina Inés. ¡No, no me dijo!, me insinuó que había algo de segundas personas, ¡claro!, estaba cabreadísimo, rompió hasta el libro de actas… Bueno te dejo que no llego, ya te contare más.

 

 

 

 

 

Que Inés tiene juntera con el vasco y apoya a Pedro en la junta. ¡Ja, ja, ja, es amor u obsesión!, lo de ella no lo sé, pero que le ‘acepto’ las cuatro propuestas esta por ver, y al vasco al final le arreglará el parterre de su terraza con cargo a la comunidad. Pero la noticia bomba, que me dio Susa, que será la comidilla de los rellanos y de la junta, es Juan Carlos, ya no apoya a la divina Inés. ¡No, no me dijo!, me insinuó que había algo de segundas personas, ¡claro!, estaba cabreadísimo, rompió hasta el libro de actas… Bueno te dejo que no llego, ya te contare más.

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