En las últimas décadas la superficie se ha estado calentando más de lo que debería, esto es debido al conocido efecto invernadero que evita que los gases salgan fuera de la atmósfera. Entre estos gases podemos hablar del dióxido de Carbono (CO2), provocado por los mismos seres humanos al respirar, la deforestación o combustibles fósiles, el metano es otro gas que encontramos en menor cantidad presente, pero aun así es veinte veces más potente en atrapar el calor del Sol que el CO2 y es uno de los gases más destructivos por unidad, el Óxido Nitroso (N2O) es otro de los gases de relevancia producido en prácticas de cultivo, especialmente con el uso de fertilizantes.

En toda esta producción de gases interviene en gran medida el ser humano, ya que la actividad humana es el factor que más influye a nuestro planeta pues afecta a 3/4 partes de la superficie terrestre, teniendo en cuenta que los humanos habitamos poco más del 1% de la superficie del planeta nuestro impacto en la Tierra es devastador, pues somos si deducimos bien el gran verdugo de nuestro hogar.

Con todo esto el Parlamento Europeo ha aprobado la situación de Emergencia Climática mediante una resolución no vinculante, leen bien "Emergencia Climática" y es que hemos llegado a una situación en la que no se pueden dar pasos en falso pues ya se nos pasó el momento de hacer estudios y proyectos que caen en saco roto y es hora de actuar.

Nos encontramos ante máximos históricos de CO2 en los últimos 4.000M de años y cada año es un nuevo record.

Se prevé que el incremento medio de la temperatura del planeta será de 1,5 grados en la próxima década y se quiere evitar según la ONU que supere los 2 grados a finales de siglo.

Pero es que los planes oficiales de los firmantes del pacto nos llevarán a un aumento de 3 grados, nosotros viviremos este proceso en el que veremos cada vez de forma más frecuente las olas de calor, sequías, inundaciones, fuertes impactos en la salud y la extinción de especies animales que cada vez de forma más significativa, a esto debemos añadir la fuerte explotación de los gobiernos de los recursos naturales y la continua contaminación del sector industrial.

Todo esto tendrá consecuencias insalvables para las generaciones venideras si no se actúa con urgente necesidad transformando en hechos los ambiciosos discursos políticos acerca de la reducción de contaminación y emisión de gases nocivos, podemos decir que estamos en la recta final de una carrera en la que siempre hemos estado por detrás, solo nos queda sacar fuerzas de flaqueza para ganarla.

 

 
 

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