FotoJet (2)

Si no fuera por la gravedad de las circunstancias parecería que los españoles estamos siendo protagonistas secundarios de una película de serie B. Aclarar que este tipo de cine surgió como respuesta por parte de Hollywood a la disminución de espectadores acaecida como consecuencia de la Gran Depresión, tras el crack económico del 29 en Estados Unidos. Los ingeniosos asesores de las ultraderechas (PPVox) han extrapolado esta situación a las condiciones de pandemia por la que está pasando nuestra sociedad. Y ante la posible disminución de espectadores/votantes han propiciado denuncias como la que se ha archivado, provisionalmente, centradas en la celebración del 8M. No hay más que ver quiénes imageson los denunciantes y las conclusiones llegan solas. Así como algunas actuaciones personales de dudosa profesionalidad por parte de alguno de ellos de los que podrían dar fe infinidad de personas y asociaciones, por ejemplo, el movimiento animalista.

Intentar hacer una causa judicial, casi exclusivamente, atacando la manifestación del 8M está claro lo que es y lo que significa. Y viene envuelto en odio y machismo. La juez cree que no hay “suficientes indicios de delito”. El hecho de la denuncia en sí misma, única en Europa por sus características ¡Spain is different! dirían los rancios desde el 36 con una voz mohosa y aflautada, es nuevamente una declaración de intenciones y valores que se explican por sí solos. Hasta aquí nos encontrábamos en una película de serie B con bastante presupuesto, pero ínfima calidad. Del informe de la Guardia Civil no diré nada pues, vuelvo a insistir, “es nuevamente una declaración de intenciones y valores que se explican por sí solos” Pero si me insta a reflexionar, y espero que a ustedes también. Un informe oficial de una investigación en curso que se apoya en recortes de prensa e informaciones de internet ¿no da a entender que lo investigado se mueve más en otros ámbitos que en el judicial/penal? ¿No tendría más sentido que no hubiese transitado de la esfera política a la judicial? ¿Quién o quiénes deciden poner en esta situación a la Guardia Civil?... Y podríamos seguir haciéndonos preguntas que sin dudas desembocan en una clara y líquida respuesta: las cuestiones políticas se deben resolver desde la política. El reflejo de la lucha cainita de algunos no debería encontrar réplica en nuestro sistema judicial. Normalmente debilitan a las estructuras democráticas del Estado. Cosa que no importa a quienes persiguen lo que para ellos es un bien mayor, su propio ego e intereses partidistas. ¿Se enteran señores y señoras de la derecha? ¡Uy, perdón! Discúlpenme, no quiero que se me ofendan. Reformulo. ¿Se enteran señores y señoras de las ultraderechas?

Como decía transitábamos por un guion de una peli de serie B hasta que llega el informe del forense y con su lenguaje florido, directo y totalmente pleno de juicios de valor convierte un aburrido documento técnico en un adorable guion de película de serie Z. Género de un bajísimo presupuesto y de una calidad inferior a las películas de serie B.

“¿Hecat? ¡ombe!” un forense sin formación en epidemias es capaz de profetizar las graves consecuencias de la COVID-19 meses después de declararse la misma. Y en un alarde de funambulismo moral nos lo intenta vender como documento técnico normalizado. ¡Tachán! ¡Uy, perdón! Discúlpenme de nuevo, por favor, ¡tachán, tachán! Y me vienen a la mente un libro, para mí maravilloso y curioso, y una película metáfora de la sociedad en general.

La segunda es “Snowpiercer”, “Rompenieves” del director surcoreano Bong Joon-ho, recientemente encumbrado a la gloria por su película “Parasitos” que, igualmente, tiene cierta relación con el tema tratado.

En Rompenieves, basada en una novela gráfica de ciencia ficción post apocalíptica (“Le Transperceneige”, Jacques Lob y Jean-Marc Rochette,​ 1982), lo que queda de la población mundial, tras un apocalipsis medioambiental, viaja en un tren eternamente en movimiento rodeando la superficie terrestre una y otra vez. Una edad de hielo perpetúa es lo que hay fuera y dentro una sociedad compartimentada. Los vagones delanteros ocupados por la élite de la sociedad con absolutamente todo tipo de comodidades y conforme vamos retrocediendo hasta el vagón de cola, el resto de clases sociales van teniendo cada vez menos servicios, comodidades, comida, luz, etc. Por supuesto las clases pudientes utilizan a los menos favorecidos como si fueran ganado. El vehículo está gobernado por una dictadura absoluta.

New York Times:

Vox apuesta al incendio. Su discurso no es construir: primero destruye, después instaura. Un virus antidemocrático. No corrige la plana de Sánchez para mejorar; su plan es derruir su gobierno hasta hacerlo caer y recuperar una normalidad de privilegios de casta”.

Intentan continuar en el vagón de cabeza que les concedió el régimen franquista, a cualquier precio, destruyendo las instituciones desde dentro con un uso fraudulento de las mismas e inoculando odio, miedo y resentimiento en el corazón de nuestra, aún en desarrollo, democracia. La hipocresía y capacidad de malintencionada manipulación de esta gente con el odio como bandera la hemos visto en multitud de ocasiones. Recientemente en su abstención en la votación para la aprobación del Ingreso Mínimo Vital. Tras una campaña de intento de desprestigio de este nuevo derecho social llamándola “paguita”, diciendo que fomentaba el parasitismo social y por supuesto atacando xenófobamente a los inmigrantes gritan a los cuatro vientos su voto en contra y van y se abstienen. Todo el discurso previo era solo para sembrar odio. Crean y fomentan odio para que las personas estén enfadadas o asustadas. Principios básicos de la propaganda nazi de Goebbels. Que, por cierto, era llamado por Goering “enano cojo y diabólico” y que desde su infancia arrastró un “enorme complejo de inferioridad” debido a su escasa estatura y a una malformación en el pie que le provocó una cojera permanente. Parece que complejo de inferioridad, manipulación y odio conforman el ideario del totalitarismo. Aderezado con 100.000 actos contra los derechos humanos.

El libro es “Hecatombe”, de William Gerhardie. Una novela en la que la ausencia de valores y ética, la vanidad y, su prima hermana, la superficialidad son tan personajes como Frank Dickin, escritor que busca un reconocimiento inmediato de su obra, independientemente de la calidad de la misma.  Interesado, embustero, especulador, un falso caballero que siempre busca la sombra que más le cobija y de la que más aprovecharse que se deja manipular por Lord Ottercove, sin importarle las consecuencias de sus acciones sobre los demás, en pos del beneficio personal. ¿Han dicho Casado? ¡No, no, Dickin! Lord Ottercove la persona más poderosa de Inglaterra por ser el propietario de todos los periódicos del país. Él dicta las corrientes de opinión, lo que se debe pensar y contra quién actuar. ¿Cloacas mediáticas y del Estado? ¡No, no, Ottercove! Luego está Chris De Jones un científico que está obsesionado con acabar con el mundo mediante un apocalipsis nuclear. Solo entiende su visión de la existencia y si no puede ser como él quiere pues ... a por el fin del mundo. ¿Abascal? ¡No, no, De Jones! Abascal quiere dominar España, aunque antes tenga que destruirla. Luego llegará el mundo, si Trump le deja. Aparecen más personajes, pero solo estos tres se bastan para que una serie de malentendidos, causados por el egoísmo y el narcisismo, ponga a la humanidad al borde de su desaparición.

210420-consejo7Sin lugar a duda se recurrirá la decisión de la jueza puesto que quienes han orquestado esta confabulación para acabar con el Gobierno no cejarán en su empeño. No importa la verdad ni la moralidad sino hacer caer al Gobierno de Coalición y más ahora que las ayudas de Europa permitirán reconstruir lo perdido. Aunque todo tiene un precio, de ahí que la UE facilitará la presidencia del Eurogrupo a Nadia Calviño. De esto hablaré otro día.

 

“Sé tú mismo, el resto de los papeles ya están cogidos”, Oscar Wilde.

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