No resistiremos, ¡venceremos! I

Miguel Ángel Sánchez Chillón

La disputa está ahora en quién miente más, ¡y tú más!, ¡y tú más! Puede que hoy día la Comunidad de Madrid tenga más sanitarios que en 2010 y no haya perdido 3.300 profesionales sanitarios. Puede y que la población de Madrid en lugar de crecer en 500.000 personas lo haya hecho en cerca de 180.000. Puede que la gestión de la crisis sea mejorable, recuerden quienes me siguen que soy de los que exijo que el gobierno, gobernemos quienes gobernemos, mejore diariamente, si es posible, sus actuaciones. Puede que no sea del todo exacto que la sanidad madrileña tenía en 2008 un total de 2100 camas más o puede que sí. Ahora vamos a lo que no es que pueda ser, sino que es que se ha hecho. A lo objetivo:

No parece casualidad que dos de las comunidades que menos invierten en sanidad sean de las más afectadas de Europa, Comunidad de Madrid y Catalunya, por la crisis del coronavirus.

Que la sanidad pública es fundamental para la existencia del estado de bienestar, teniendo una incidencia directa sobre el conjunto de la ciudadanía. Permite y favorece la justicia social a la par, o porque, reduce las desigualdades.

A pesar de lo expuesto en el punto anterior, es uno de los servicios públicos que más se ha visto afectado por las políticas de austeridad. En su día quién más colaboró y con mayor ahínco fue el PP, esos que ahora se ofenden tanto porque alguien ose relacionar sus políticas neoliberales de recortes al pueblo y ganancia a los poderosos, en multitud de ocasiones amiguetes, simpatizantes y militantes varios (me remito a los juicios y sentencias existentes y que aún quedan) con determinadas posibles consecuencias de índole sanitarias.

Objetividad:

El Real Decreto Ley 16/2012, aprobado por el PP, supuso romper el principio de universalidad en el acceso a la sanidad y se retrocedió al modelo previo a la Ley General de Sanidad, basado en el aseguramiento. El acceso a la sanidad pública quedó supeditado a la condición de cotizante de la Seguridad Social. Quedando excluidos del derecho a la atención sanitaria las personas migrantes en situación irregular y a los ciudadanos y ciudadanas que llevaran más de 90 días en el extranjero. Por no hablar de copagos farmacéuticos o que se retiraron más de 400 medicamentos de la financiación pública.

El gobierno del señor Rajoy aprobó el mayor desmantelamiento del estado de bienestar español de su historia democrática y puede que antes aún, no hablaré ahora de corrupción donde no solo el PP sino más partidos y sobre todo políticos nos han convertido no en líderes mundiales sino ¡universales! Tijeretazo de 10000 millones de euros a la sanidad y educación públicas. Recordemos además que fue un regalo ppenvenenado, un recorte extra, no contemplado en los Presupuestos y anunciado mediante una nota de prensa.

La política de recortes y privatizaciones de los sucesivos gobiernos de la Comunidad de Madrid no ha ayudado a tener un sistema de salud óptimo y en condiciones para afrontar una leve crisis cuanto más una de este tamaño. Según el catálogo nacional de hospitales, Madrid cuenta con 33 hospitales públicos y 50 privados. De estos 33 hospitales públicos, siete son públicos con gestión mixta. Los síntomas de desbordamiento se acumulan, especialmente en la Comunidad de Madrid, laboratorio del modelo privatizador aguirrista y a la vez la región más castigada por la expansión de la enfermedad.

La crisis del coronavirus ha provocado la agonía en la sanidad madrileña, la cual ya había tenido dificultades para abarcar la epidemia de gripe de este invierno. Esta situación la viven también otras comunidades autónomas. “En la Comunidad de Madrid se hicieron recortes y reformas sin ningún tipo de planificación. Se construyeron siete hospitales de concesión privada, pero en total disminuyó el número de camas [se cerraron en los públicos]”, denuncia Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM). "Hubo recortes en personal y en la renovación de material. Ahora se nos ven más las costuras".

En la Comunidad de Madrid y otras comunidades se ha apostado encarecidamente por la sanidad privada, y esta pandemia nos está dando una aterradora moraleja que todos sabíamos. Hemos perdido, para poder ganar si somos inteligentes y solidarios. En palabras de Sánchez Chillón: “Con una sanidad mejor preparada, lo hubiéramos pasado igualmente mal. Aunque quizás no tanto: ahora estamos buscando camas extra hospitalarias” Para él lo más significativo es que, mientras la sanidad pública ha ido mermándose, la privada y sus pólizas han ido creciendo.

Otro sector afectado por las privatizaciones relacionado con el sector sanitario son los profesionales de limpieza y desinfección. Que igualmente se ven sometidos a una presión mayor sobre unos servicios que, en la mayoría de los casos, se encuentran externalizados en grandes multinacionales. Así, según demostró la plataforma Audita Sanidad la principal adjudicataria de los contratos de la sanidad madrileña es Clece SA, la compañía de multiservicios de ACS, el grupo de Florentino Pérez, cuyos trabajadores se encargan del mantenimiento. Unos contratos que, según denunció la plataforma ciudadana, se otorgaron a dedo en el 99,7% de los casos.

Desde la anterior crisis de 2008 el sector privado ha continuado su expansión utilizando diferentes fórmulas:

Private Finance Initiative o concesión de obra pública, el sector privado financia y construye hospitales a cambio de un canon anual.  Lo cual supone sextuplicar lo que hubiera costado su construcción pública. Comunidad de Madrid, Galicia o Castilla y León son pioneras es esto.

Concesión administrativa, el sector privado no solo construye, sino que también gestiona el edificio y proporciona la asistencia sanitaria pública. Sistema ampliamente aplicado en la Comunidad de Madrid.

Y el último invento, provocado por el rechazo social y profesional de las dos actuaciones definidas anteriormente, es derivar sistemáticamente al sector privado a los pacientes. De forma silenciosa y casi invisible.

España invierte en sanidad el 5,9% de su PIB la media europea es del 7,5%. Poco más que añadir aquí salvo indicar que a pesar de esta diferencia nuestro sistema de sanidad pública continúa siendo uno de los mejores de Europa. Aunque debido, principalmente, a la falta de material se resiente y podría quedar al borde del precipicio o del colapso técnico.

Entre comunidades Catalunya, es una de las comunidades que más recortó en los últimos años, dedica tan solo el 3,9% de su PIB a la sanidad pública. Mientras que el crecimiento de la inversión en sanidad privada de la Comunidad de Madrid triplica al de la pública.

Hasta aquí un ligero esbozo de cómo nos encontramos.

Continuará ………

fbt

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