Juan López Martínez, un poeta ligado a la coherencia

25488_D600_left1-e1354653407575Visita de Inspección al Colegio Madrid de México, fundado por los republicanos españoles en el exilio acogidos por el gobierno de Cárdenas.

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Una vez le oí decir a Juan López que amar es cosa de valientes. En su último libro: “Amor y desamor” he descubierto que Juan, además de amigo y compañero de militancia es un estupendo poeta. También me ratifica que es una persona valiente, pues no esconde sus sentimientos y utiliza las palabras sin disfrazarlas.

“Amor y desamor” es su segundo libro de poemas, continuador del primero sobre este tema: “No es bueno que el hombre esté solo”. Cada verso, cada poema y el libro en su conjunto constituye un engranaje de sentimientos. Se percibe cómo trascienden momentos difíciles pasados, pero que no consiguen que el autor se detenga. No oculta que en la vida hay variedad de colores, aunque él apuesta por el más brillante. Un color que no es agresivo con nadie y que le lleva a la plenitud.

Se percibe su positiva voluntad y cómo en su camino no se encuentra solo, ya que el amor no lo concibe sin el tú. Resilencias y solidaridad con el tú y el yo, siempre buscando lo mejor, en una permanente coherencia personal que trasciende también a nivel profesional y social.

Tal como manifestaba el moderador en la presentación del libro, es para leerlo despacio y después dejar un tiempo de reflexión. Algo que hizo el autor, que después de la lectura de algunos poemas dejaba escuchar la música suave de Magaly Baró, violinista que lo acompañó cuando la citada presentación. En otro plano mencionaré el valor artístico de las ilustraciones del libro, creadas por Ricardo de Lózar, que junto a su madurez técnica incorpora originales composiciones. La presentadora del acto fue Sara Moreno Valcárcel, maestra y con una importante relación con el mundo de la literatura infantil y juvenil

En cuanto al sentido del libro, nada mejor que estas palabras de Juan: “¿Qué son nuestras vidas, sino experiencias de amor y desamor” y ¿Qué es la poesía, sino la expresión de los sentimientos que nos han provocado? Porque la poesía, como todo arte, solo se entiende desde la profundidad del sentimiento, y es realmente esa llama que vive en quien sabe alimentarla durante toda una vida, escriba poemas o no. Este poemario pretende dar respuesta a esa difícil pregunta sobre qué es el amor y qué significa para el sentido de nuestra vida”.

Para quienes conocemos la trayectoria de Juan en el terreno de la educación, sabemos de su valía profesional, aunque lo saludé por primera vez en el año 2014. Su buen hacer es notorio en las altas responsabilidades desempeñadas en gestión, supervisión y en las funciones respecto a la Administración Educativa. Hay que añadir a lo anterior, sus publicaciones sobre legislación, pedagogía y organización educativa. El autor mantiene una relación coherente entre su vida profesional y sus publicaciones en este campo, pues siempre pretende ayudar al docente en su labor profesional y al funcionamiento de los Centros Educativos, como sucede en uno de sus libros: “Mediación y solución de conflictos en instituciones educativas”.

thumbnail_IMG_6182+Sin embargo, es un placer también disfrutar de su aportación poética, donde, a mi modo de entender, deja trascender también su coherencia. El autor es honesto consigo mismo. Expresa a través de la poesía sus sentimientos y experiencias, de un modo directo y sin dobleces, con el significado que tienen para el sentido de la vida. Para ello organiza su libro en cinco capítulos: Qué es el amor, Experiencias de amor, El amor por estaciones, De Zilina a Bratislava y Epílogo. . Por distinguir algunos poemas señalaría: “Luna llena”, “Y pude contemplar la aurora”, “Otoño en el despacho” y “De Zilina a Bratislava”.

A nivel personal, valoro especialmente su humildad, propia de las personas inteligentes y competentes. La cercanía, el respeto a los demás y el compromiso con los más desfavorecidos. Siempre trabajando por la igualdad con tenacidad, para que los diques de origen social no supongan una barrera infranqueable.

Finalizaré con unos versos del poema “Querida amiga”, que me remiten a una faceta que conozco bien de Juan López, su coherencia y sensibilidad con la justicia social.

Amando nuestra tarea

impulsando iniciativas

comprometiendo nuestro tiempo

sabiendo que sin generosidad

nada existiría.

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