El RAMIX-30 celebró la exaltación de los capitanes artilleros Daoíz y Velarde

El acto castrense coincidió con el 312º Aniversario del RAMIX-30, donde se impuso la corbata de la ‘Operación Balmis’ al guion del regimiento.

El lunes día 02, en el Acuartelamiento ‘Teniente Fuentes Pila’, presidido por el comandante general de Ceuta, Marcos Yago Navarro, tuvo lugar el acto castrense de la exaltación de los capitanes de Artillería Luis Daoíz y Torres y Pedro Velarde y Santillana, por los hechos heroicos protagonizados el día 2 de mayo de 1808 en el Parque de Artillería de Monteleón (Madrid), al pretender armar al pueblo de la capital, germen del movimiento popular en su intento de oponerse a la ocupación de las tropas francesas napoleónicas, germen del movimiento popular que puso fin a la ocupación de nuestra patria y fue el origen de nuestra victoria en la Guerra de la Independencia.

Asimismo, el acto castrense coincidió con el 312 Aniversario de la creación del Regimiento Mixto de Artillería nº 30' (RAMIX30).

Con tal motivo, tuvo lugar una parada militar en el patio de armas, ‘Coronel Juste’ al mando del coronel Eliseo Zurdo Alonso, en la que participaron diferentes unidades que componen el RAMIX-30: Escuadra de Batidores, Plana Mayor de Mando y Banda de Guerra Mixta de la COMGECEU, Grupo de Artillería de Campaña (GACA) I/30 (con dos baterías) y Grupo de Artillería Antiaérea (GAAA) II/30 (con dos baterías), así como la Unidad de Música del Batallón de Cuartel General de la Comandancia General de Ceuta.

Una vez incorporado el estandarte (bandera) a la formación del RAMIX 30, la unidad recibió al comandante general de Ceuta, quien recibió los honores y las salvas de ordenanza y a continuación revistó la fuerza. Tras la revista, se incorporó la bandera histórica del regimiento a la

formación, llamada la “Batallona”. El general ocupo la tribuna acompañado del segundo jefe y del comandante Naval de Ceuta, capitán de navío Millán Leira.

La Lección del “Dos de Mayo” fue impartida a cargo del capitán José Antonio Ríos Castro, que manifestó el espíritu de esta lectura, la cual consiste en perpetuar por decreto de la Regencia de 7 de julio de 1812, la memoria de los capitanes de Artillería, Luis Daoiz y Torres, y Pedro Velarde y Santillán, como de todos aquellos que dieron su vida por España.

El cabo mayor José Manuel Ruiz Delgado, reseñó brevemente la vida, y las hojas de servicios de nuestros héroes, dando paso a continuación a relatar la participación de los mismos en la gloriosa hazaña del episodio nacional del 2 de mayo de 1808, con todo el detalle de cómo ocurrieron los acontecimientos el día de la exaltación, todo ello sin olvidar en la narrativa al glorioso teniente de Infantería, Jacinto Ruiz Mendoza, Hijo de Ceuta.

La lectura concluye puntualizando el espíritu de la misma… “Sea esta pues, una lección en defensa de los valores y virtudes que nos hacen españoles, que nos han diferenciado a lo largo de la Historia y de los cuales nos sentimos dignos y orgullosos como garantes de la herencia de nuestros héroes”.

Una vez finalizadas las lecturas, tuvo lugar la emotiva despedida de la bandera del personal que pasa a situación de reserva, para dar paso a la imposición de condecoraciones y recompensas al personal de mandos y tropa que concurren por méritos propios y por tiempos de servicio, los cuales se han hecho acreedores de tales distinciones.

Estas imposiciones fueron realizadas por el comandante general de Ceuta, Marcos Yago Navarro y el segundo jefe, Fernando Rocha y Castilla por la COMGE y por el RAMIX, el coronel, Eliseo Zurdo Alonso, el suboficial mayor, Jesús Rosado y el cabo mayor Gustavo Pérez Santaella. Acto seguido se impuso la corbata de la Operación Balmis al guion del regimiento.

El acto castrense se continuó con el homenaje a los que dieron su vida por España, donde el coronel Joaquín Gimeno Romero, veterano del Arma y del regimiento, leyó con todo sentimiento el elogio (poema), a los que dieron su vida por España y con el coronel de Artillería depositaron la corona de laurel ante el monolito. Una vez terminado el redoblar de los tambores, se produjo una descarga de fusilería.

Acto seguido se entonó el Himno de Artillería que como se da por hecho en el mismo se procedió al disparo de dos salvas de cañón durante el mismo.

Y al oír, y al oír,
y al oír del cañón el estampido,
el estampido, (Salva de cañón)
nos haga su sonido enardecer.

Con la retirada del estandarte (bandera) y de los guiones-enseña, se disloco la fuerza a paso ligero a su lugar en formación para el desfile, que con este y la despedida de los cuadros de mando finó el acto castrense.

A este acto castrense acompañaron al comandante general, el segundo jefe, el comandante naval, el jefe del Estado Mayor, Antonio Mongio Bergua y los jefes de las distintas unidades, centros y organismos de la plaza, a la vez que componentes del Arma de Artillería destinados en otras unidades, así como el personal en reserva y retirado e invitados civiles.