Sánchez se ha marcado un Rubiales: “He decidido seguir”
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como estaba previsto, tras un periodo de meditación de cinco días por asuntos propios como todo funcionario, ha anunciado este lunes que seguirá al frente del Ejecutivo y, si cabe, con más fuerza, ante lo que considera una campaña de desprestigio contra él y su mujer.
Tras las reflexiones preguntándose si merecía la pena continuar o no, para Sánchez, solo hay una manera de revertir esta situación y, es que, “la mayoría social se movilice poniendo freno a la política de la vergüenza”
Sánchez asegura que:
“España lleva demasiado tiempo dejando que el fango colonice impunemente la vida política, contaminándonos de prácticas tóxicas inimaginables”.
Sánchez ha agradecido todas las muestras de solidaridad, en especial a su partido socialista y ha avisado que:
“Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Llevamos diez años sufriéndola (…) no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y respeta y ver cómo se intenta destruir su dignidad sin el más mínimo fundamento”.
A juicio de Sánchez, no merecería la pena continuar si la sociedad aceptara que la acción política permite el ataque indiscriminado a personas inocentes y consentir que la contienda partidista justifique “el ejercicio del odio, la insidia y la falsedad”, y que, “las mentiras más groseras” sustituyan el debate respetuoso y racional basado en evidencias.
Tras asegurar que su carta no obedecía a ningún cálculo político, reconoce que al mostrar un sentimiento pudo desconcertar, lo que, en política no suele ser admisible, reseñando que, la única forma de avanzar a veces, es detenerse, reflexionar y decidir con claridad por dónde caminar.
Sánchez aclara que, “he actuado desde una convicción clara”, y advierte que:
“O decimos basta o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro condenándonos como país”.
La réplica
Para Abascal es "un teatro burdo indignante y victimista (…) Lo peor de Sánchez estaba por llegar”.
Según Feijóo: “Todo esto que estamos viviendo es el pasado de un epilogo que vamos a superar (…) Sánchez ha decidido huir hacia delante que dimitir”.
Ha utilizado al rey como actor secundario de su última película.
Feijóo le ha espetado que: No acepta la discrepancia. El sentimiento que le ha movido es el miedo, no asume sus responsabilidades, se las sacude. Quiere que los españoles dimitamos de la democracia. No vamos a volver a los dos bandos. Hoy ha habido las amenazas de un presidente acorralado. Ha querido comprar el calor de la calle. Seguirá con su agonía. Ha perdido la oportunidad para macharse. Buscaba polarización y victimización.
Pablo Iglesias tiene claro que:
"En política se puede hacer de todo menos el ridículo y aparecer sin anunciar ninguna medida contra el lawfare".
Para ERC y Junt, todo ha sido una maniobra política
ERC ha reclamado a la Junta Electoral Central (JEC) prohibir la entrevista de Sánchez en TVE, al considerarla en plenos comicios catalanes, un acto electoral de “autopromoción”.
Para Pere Aragonès es: “Una comedia, una cortina de humo y, un acto irresponsable, y de campaña electoral”. Aragonès dice que:
“Ha jugado con las instituciones, los sentimientos y la empatía de las personas que sufrimos los ataques de la extrema derecha".
La calle opina que: Sánchez no dimite, pero juega al escondite. Patraña para ganar más votos. Le sobraban los cinco días. Este no se va ni…Pedro escucha tu gente está en la lucha.
En fin, lo que opina este medio, a parte del motivo alegado, Sánchez ha aprovechado para hacer un montaje y pararle los pies a Pere Aragonès, como también bajarle los humos al fugado Puigdemot, el cual no paraba de amenazar con los presupuestos.
También, entre otro orden de cosas, ha sido un “guiño” hacia Marruecos que, si se va, y gobiernan los otros, perderían su respaldo a la solución que propugna el monarca alauita para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.