12 de febrero: 'Los secuestradores del lago Chiemsee', comedia negra

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Cultura ha puesto sobre las tablas de Auditorio del Revellín, el próximo 12 de febrero a las siete y media de la tarde, la representación de la obra 'Los secuestradores del lago Chiemsee', basada en un texto de Alberto Iglesias y dirigida por Mario Gas.

Se pueden adquirir localidades a precios de entre 5 a 14 euros con descuentos de 2 euros para los colectivos habituales. Las entradas están disponibles tanto en la taquilla del teatro como en la web​ de la Ciudad.

'Barco Pirata Producciones Teatrales' es la encargada de llevar este relato a escena con Juan Calot, Vicky Peña, Manuel Galiana, Gloria Muñoz, Helio Pedregal y Alberto Iglesias conforman el reparto de una pieza que "aspira a ser un divertimento con cierto poso amargo, una comedia negra", en palabras de su autor.

Alberto Iglesias tras ver una noticia en un periódico que ponía “Prisión para cuatro jubilados alemanes por secuestrar a su asesor fiscal”.

Al autor en una época que España estaba en recesión económica desde 2008, parecía que todo se desmoronaba en 2010, la justicia lejos de amparar a los necesitados, se posicionaba, al lado de los poderes económicos.

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Esto empujó a Alberto Iglesias a escribir. La noticia le sirvió como anclaje y punto de partida y empieza a darle forma a algunas ideas.

Con un robo amparado en la crisis del mercado, pierden toda su inversión, los que, eran sus ahorros. Denuncian. La justicia les da la espalda. Su asesor fiscal se desentiende y, entonces planean su secuestro, porque quieren recuperar lo que es suyo. Son unos aficionados, pero saben que la tortura es muy persuasiva. Tienen tiempo y un plan para recuperar lo perdido. Tienen sopa caliente y un zulo preparado…

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Para el autor, los personajes reviven en las páginas y percibe que detrás de ellos hay más de lo que pensaba, un mundo rico en matices y alimenta las escenas y los diálogos: sueños rotos, paso del tiempo, memoria dañada, amor, secretos, delirio, humor, amistad…, incluso unas pizcas de esperpento.

Para Alberto Iglesias esta historia aspira a ser un divertimento con cierto poso amargo, una comedia negra, y piensa como Eugène Ionesco: “Lo cómico es trágico y la tragedia del hombre risible”.

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