Señor Iglesias entiéndalo: ¿Meter al dinamitero en casa? No gracias.

Sánchez y Junqueras se saludan en el Parlamento (Foto: EP)

Con una mano el pacto y con la otra la daga. Exige entrar a la fuerza mientras exhibe la mochila cargada de explosivos para volar un Gobierno entero, empezando con la cuestión catalana, los "presos políticos"...y otras materias de Estado que Podemos ve de forma radicalmente opuesta a los ojos del PSOE. ¿Sillones? ¡Nooo! "Lo que queremos es sentarnos desinteresadamente en el Consejo de Ministros para controlar al gobierno socialista porque no nos fiamos de él". Pues oiga usted, eso siempre se ha hecho desde la Oposición, que desde allí se ejerce la crítica y se cobra el mismo sueldo. Dejen de insultar nuestra inteligencia.

Difícil llegar a acuerdos con quien te extiende una mano para pactar y con la otra esgrime la daga amenazando con clavártela, si te alejas de lo que considera “sus acertadas, sabias e indiscutibles” pretensiones. Y si además, el socio preferente se considera superior al resto de los mortales como así se lo hacen creer los crecientes “aplausos de los tertutontos de las derechas”, peor que peor. Difícil sacar adelante una investidura cuando tras ganar ampliamente las elecciones, el resto de partidos (PP, Cs, Vox y UP) la bloquean sin ser capaces de plantear otra alternativa. La política española se ha sumido en una parálisis por pura táctica partidista. No hay más explicación. Europa nos contempla asombrada y estupefacta. Sería todo tan sencillo… Si los tres líderes de la oposición, Casado, Rivera e Iglesias no fueran tan débiles, endiosados y ambiciosos a partes iguales.

La debilidad de los líderes de la oposición y el ansia de poder de unos jefes de filas, jóvenes, inexpertos y pagados de sí mismos, han cerrado el círculo de la perversión, así hasta que ellos quieran o… ¡repetición de elecciones!. La pinza -derecha y comunistas- reaparece y no es nada nuevo. Les llamo comunistas sin ninguna connotación negativa en absoluto. Les llamo así porque así se definen ellos. Nada más. Para los que saben algo de historia de la reciente democracia, la “pinza” se ha dado cada vez que aparece un líder potente en la izquierda y claro, siempre socialista.

Rivera, su sueño truncado le lleva a la ofuscación contra Sánchez

De hecho, a Rivera, el nombramiento de Sánchez como Presidente del Gobierno truncó de golpe todos sus sueños. Un tajo seco y quirúrgico del que todavía no se recuperado. De ahí sus palabras bien nítidas y clarificadoras de su sentir: “No nos estamos jugando una legislatura, nos estamos jugando el gobierno de los próximos diez años que si no lo remediamos, será de Sánchez”. Con esos deslices verbales, en realidad no está hablando para los españoles, está hablando sólo y exclusivamente para los dirigentes de su partido, la tercera fuerza política de este país. Pero son los medios, hoy día, los que alientan sueños que luego se convierten en frustraciones sólo superables con tratamiento psiquiátrico. De ahí la sudoración de sus manos, los gestos inquietos, la ansiedad incontrolable, la banda y la obsesión hacia la figura de Sánchez en su discurso auto destructivo que ha propiciado la huida o la crítica feroz, de los mejores cerebros de su partido (Roldán, Valls, Nart, de Carreras, Galicano, Conthe, Arcadi, Pericay, Barbat, Pagazaurtundúa, Boadella y otras importantes disidencias regionales), un partido que nació liberal y moderno y hoy va a la deriva compitiendo con la ultraderecha de Vox y acudiendo a asistir con la bombona de oxígeno a un PP, de Casado, moribundo a quien pretende arrebatar el liderazgo de la oposición. Y todo por odio insuperable a quien le arrebató un sueño alimentado por los barones del Ibex.

Por tanto, la política española está bloqueada no solo por la fragmentación de los partidos, sino y sobre todo por el perfil psicológico de sus tres líderes (dejo fuera a Abascal, que es tema aparte). Aterra tanta mentira impune y lo que más miedo da es la falta de reacción de los medios de comunicación cuya función, muy olvidada ya, es velar por la verdad y la denuncia de la corrupción, incluso de la corrupción verbal que con tanta alegría practica el dúo Casado y Albert desde un lado, y desde el otro, Echenique, Iglesias, I. Montero y los más fanáticos seguidores de la pareja líder de Podemos.

Garzón, un buen perfil negociador de Izquierda Unida

No es lo mismo escuchar hablar a Alberto Garzón, sobre una posible negociación todavía, hasta el 23 de septiembre hay tiempo, entre Unidas Podemos y el PSOE que a Echenique, burlándose, criticando retorcidamente y mofándose con mala baba del Gobierno del que pretende formar parte. Cuando Iglesias, que ya una vez regaló en bandeja el gobierno a la derecha (Rajoy, 2016) anteponiendo intereses personalistas, de ego, soberbia y táctica política, habla, lo que sale por su boca es todo lo contrario a una actitud de cooperación, colaboración e incluso coalición. Si con su gestualidad y sus palabras, profiere constantemente que no se fía, que no se fía, y que no se fía, y que por ello, y solo por ello, quiere estar en el gobierno para controlar que un partido con 140 años de historia, y políticas sociales ejecutadas durante 20 años de mandato, siga la rectitud que él marque, pues… ¿Hemos elevado a la categoría de lógica razonable una boutade de este calibre?¿Qué clase de medios de comunicación corruptos tenemos? Alguien tendría que explicarle a Iglesias, alto y claro, que la oposición esta justamente para eso, para controlar al Gobierno.

Por ende, no se puede sorprender nadie, ahora, que sea el presidente Sánchez y su equipo los que no se fían de un dinamitero que pretende entrar en un gobierno a la fuerza y además, luciendo con orgullo toda la carga de explosivos en una mochila a sus espalda. ¿Estamos locos o qué? Quien puede discutir algo tan lógico, como diría Aitor Estaban, “como un botijo”. No retorzamos ya más las palabras y dejemos de insultar a la inteligencia de los votantes españoles. El Gobierno ha de ser uno, no dos, aunque sea de coalición. Además, los gobiernos de coalición que hay en Europa forman una mayoría absoluta para gobernar sin fisuras, con UP, el PSOE no consigue tampoco formar una mayoría absoluta, depende de otras alianzas además.

Los tonos y los modos son impositivos. Obvio que el Secretario de Organización y ministro Ábalos pida respeto para los votantes socialistas. Obvio que las negociadoras del PSOE salieran decepcionadas y profundamente disgustadas de las destempladas y groseras formas con las que Echenique, siguiendo las estrictas instrucciones de su jefe, despachó el asunto. Una negoción con todos los ingredientes para hacerla fracasar. Obvio que de ahí se extrajera la conclusión de que no puede haber un gobierno de coalición con ese socio y su mochila cargada de dinamita que haría “imposible la gobernabilidad del día a día”.

Lo más lamentable es que la ciudadanía ya solo percibe hastío en la política. Le cuesta calibrar el festival de mentiras, descalificaciones y crispaciones constantes en lo que los “regeneradores de la democracia” -sin otra experiencia de gestión más que la nada, o la casi nada- han convertido a la política española. Por eso, y solo por eso, unas elecciones que ganó el PSOE, con amplia mayoría, no deben repetirse bajo ningún concepto. Aunque el PSOE tenga expectativas casi aseguradas de subir de 123 hasta los ciento cuarenta o ciento cincuenta escaños, arrebatando votos tanto por izquierda a UP como por la derecha, a CS, con ambos partidos en franco hundimiento gracias al errático y autoritario comportamiento de sus líderes.

El único que quiere repetir elecciones es Casado

El único que desea repetir elecciones es el PP de Casado, que con unos votos más podría taparse las vergüenzas añadiendo una decena de escaños a esos humillantes 66 diputados (de los 134 que tenía), el peor resultado de su historia y un fracaso sin paliativos para el joven y cínico líder popular. Sonríe cuando miente. Sonríe cuando pierde. Incluso cuando pierde vende que gana. Increíble. En cualquier caso, se ratificaría la victoria del PSOE, pero al no existir ya las mayorías absolutas, ni la responsabilidad de Estado por parte del pool de nefastos líderes actuales, volveríamos a estar en una situación similar. Por tanto, arriesgarse sólo sería una cuestión de honor sobrevenido para el PSOE, a costa del lomo de los sufridos españoles. O bien, la única opción que le dejen los partidos al darle los cuatro la espalda sin plantear alternativa. Que no lo creo.

Luego está la cuestión catalana, ahora dormida mientras se espera la sentencia del procés posiblemente para después de septiembreSe trata de la primera y principal crisis de Estado de España que ha de ser acometida por un gobierno, con un único y sólido criterio de acatamiento férreo de la Constitución. Sin fisuras. La respuesta del PSOE es sabida: -Diálogo; -Respeto a la Constitución; -Fortalecimiento del Estado Autonómico; todo ello dentro de la legalidad. No lo ve así Podemos que, incluso mientras negociaba, e Iglesias con la boca pequeña decía que firmará un papel de acatamiento, sus huestes, sus dirigentes próximos y su legión de trolls de redes, lanzaban y lanzan permanentemente consignas y bravuconadas en sentido contrario y ofendiendo e insultando a los socialistas.

Incluso el gobierno de Pedro Sánchez ha mostrado gestos de cierta sensibilidad humanitaria con el dirigente de ERC, Oriol Junqueras y el resto de separatistas catalanes encarcelados, pero ante todo observa una rigurosa defensa de la Constitución. Como no puede ser de otra manera. La cúpula de Podemos persiste en llamarles “presos políticos”, pedir un Referéndum ilegal y exigir un indulto a priori, cuando todavía no hay ni sentencia. Y no sólo difieren en esto, también en otros aspectos troncales de la visión política socialista, como por ejemplo en Igualdad y la Ley integral contra la Violencia de género, donde el PSOE habla de abolición de la prostitución ellos hablan de regulación, y toda una serie de declaración de intenciones que a priori, cómo dice Carmen Calvo, “harían un imposible día a día” en la gobernabilidad de España.

Sánchez ofreció incorporar a ministros de nivel de Podemos, pero tampoco

No obstante, y admitiendo que no se puede pedir a los que ya han votado, “que solucionen con una nueva votación el trabajo que somos incapaces de hacer los políticos”, Sánchez se mostró abierto a incorporar ministros de nivel de Podemos. Le recordó a su “socio” que no hay más que ver la cantidad de independientes que ha integrado en su Gobierno, (Robles, Duque, Delgado, Marlaska, Ribera, Calviño). Todos ellos están ahí por su experiencia y reconocimiento aunque no sean del PSOE. El problema fundamental es que al Podemos de Iglesias, apenas le queda gente de nivel para formar parte de un gobierno, y si alguno queda, “Pablo jamás permitirá que nadie goce de una situación de poder por encima de él y de sus más allegados”, dijo a este medio uno de los íntimos fundadores de Podemos que se fue por este comportamiento ególatra y poco dispuesto al diálogo. Solo se fía de Irene Montero y Echenique. Son las dos únicas cabezas de UP de las que Pablo se fía como para ponerles de ministros en su nombre. Casi todos los compañeros fundadores le han abandonado precisamente por la actitud autoritaria y de nepotismo interno. Iglesias aceptó a regañadientes colocar a Irene donde cree que debería ir él y quiso cobrarse al alza ese gesto de “vicepresidente consorte”. Le salió mal la jugada. Entre medias, el PSOE se acabó de convencer de que cualquier iniciativa que tenga a Iglesias en persona o representación interpuesta -Irene o Echenique- en el Gobierno sería como meter al dinamitero dentro con el cargamento de dinamita siempre presto para fundir al Gobierno.

Luego también está el papel de los medios y la entronización que los tertutontos de derechas han hecho con el líder morado, intentando venderle, sin pudor, como el orador y estratega más brillante de la historia. Ahora nos enteramos que bloquear y chantajear exige brillantez. En este sentido, abrió trocha La Sexta, con tarifa plana informativa del rencoroso Roures (odia al PSOE) y después las demás televisiones comprobaron que también haciendo basura política conseguían grandes réditos de audiencias. Lo he dicho mil veces. Pero no me canso de repetirlo. Porque ahí está la madre del cordero. La cuestión es que la verdad, los hechos, la coherencia y la responsabilidad, en periodismo son más caros de producir y dan menos audiencias. La crispación sale gratis y da ganancias fáciles. Nos han acostumbrado al espectáculo de ver cual de los tres políticos en liza -Casado, Rivera e Iglesias- aguanta más tiempo mintiendo sin pestañear, insulta más alto y crispa más a la sociedad. Y como todo planteamiento requiere un objetivo, éste vuelve a ser el mismo que hace tres años: bloquear al soldado Sánchez. Si no hay alternativa, mejor que mejor, el suspense aumenta. ¿Quo Vadis España?

Como dice el ex primer ministro francés, el catalán Manuel Valls, un político al que se le nota de lejos que no sale de la charca “fascistoide españoloidese creen que cuanto peor mejor, y no es verdad, cuanto peor, peor”. No merecemos políticos que desprecien el compromiso con el país, y exhiban sin sonrojo la mínima calidad humana. Líderes a los que se les deja mentir con tanta naturalidad y que jamás asumen sus falsedades aunque la evidencia les pase por encima como un tanque. Miente Casado cuando dice, y repite hasta la saciedad, que Sánchez tiene un pacto con los independistas, los etarras y los populistas antisistema de Podemos. Miente el obsesivo Rivera, con la banda de Sánchez y los inventados pactos fantasma que cada día se evidencian inexistentes. Miente Iglesias, ofende, insulta, amenaza y pide formar una cooperativa gubernamental de buenas intenciones al mismo tiempo que con sus ojos inyectados en ansia de poder, amenaza a Sánchez con marcarle el camino por el que debe transcurrir su gobierno. El hecho de ser la cuarta fuerza política, con la tercera parte de votos que el PSOE, no le parece un detalle importante para situarse en la realidad. Entre los tres débiles líderes “regeneradores” de la política -dejo fuera a Abascal, ya que tiene otros defectos, pero al menos las verdades y las barbaridades las dice como puños- están cultivando un Matrix político que inquieta y lo que es peor, que lleva perjudicando durante varios meses a los españoles, a las empresas, a las comunidades autónomas, que no reciben inversiones para seguir adelante con sus proyectos, sus trabajos, sus salarios.

Por cierto, Casado, Rivera, se acuerdan cuando decían lo del gobierno de perdedores y que debía gobernar el partido más votado. Por favor, les pagamos para que aporten soluciones, no problemas. No lo olviden ni un segundo. Y si se atreven a olvidarlo, esperemos que los españoles no lo olviden cuando vuelvan, tanto si es pronto como tarde, a depositar su voto en las urnas.