“Tentaciones”

Raúl Capín

Concluyó la campaña electoral. Tezanos continuó sin “dar ni una” si nos ceñimos a datos estadísticos y no a propaganda de partido, y todo cambió, para que casi nada cambie más allá de que a Puigdemont le ha tocado la lotería socialista.

Una campaña más, que pudiera parecer igual a las últimas por la pluralidad de partidos representados en el hemiciclo pero que en realidad no es así. Nos encontramos ante un escenario que los politólogos llaman de “bloques” y, que yo, bautizaré como “bipartidismo relocalizado”. Tras la irrupción de Podemos, ¡parece hace una eternidad dado el ritmo vertiginoso de los acontecimientos políticos en España! El bipartidismo se “deslocalizó”.

Es decir, hasta hace casi diez años el sistema político español se basaba en la alternancia entre las denominadas derecha e izquierda que o bien gobernaban con mayoría absoluta o, en su defecto, con el apoyo de nacionalistas catalanes o vascos. La indignación por una crisis económica que exigió sacrificios y austeridad a los de siempre, al pueblo, originó que surgiese un instrumento de aniquilación del bipartidismo, Podemos. Que hubiese dinamitado el sistema sociopolítico español de no ser por las estructuras franquistas aún presentes en el Estado que reaccionaron con violencia contra esta posibilidad y movilizaron, además, un “arma de destrucción masiva de votos” contra el partido morado como es el cuarto poder revestido de manipulación.

Parte de este cuarto poder utilizó a su vez “armas prohibidas” como las “fake de rácimo”, que pueden poner en riesgo de descomposición a una sociedad al completo. En 2015 Ciudadanos y Podemos deslocalizaban el voto bipartidista y acababan con el turnismo pseudodemocrático establecido en España tras los “Pactos de la Moncloa”. El sistema, eufemismo para denominar a las fuerzas fácticas y económicas enraizadas en el franquismo que aún quedaban, y quedan, en nuestro país, se defiende.

Tras estrategias varias, en especial por parte del partido socialista, nos ha traído hasta el escenario actual: la “relocalización del bipartidismo”. Ni Ciudadanos “ni Podemos” se han presentado a estas elecciones generales del 23 de julio. Los primeros porque de facto ya no existen y los segundos porque están intentando que sigan el mismo camino, se ha comenzado con Sumar para que el plan fructifique. Podemos es resistente, resiliente y necesario, por eso no va a desaparecer. ¡Justo aquí se encuentra el error de la operación aritmética ejecutada contra Podemos, en no entender cuánto lo necesita la sociedad española! Aunque ella parezca no querer darse cuenta.

Aquí aparece una de las primeras tentaciones, la de creer que Podemos está muerto. No conocen a Podemos quienes piensen así o si lo conocen, entonces, están proyectando un deseo de venganza que no se realizará. Bildu comenzó la pasada campaña municipal, hace unos días, incluyendo al PNV en el bloque del fascismo. Entre otros motivos porque este partido es de derechas. Los cinco escaños conseguidos por el PNV, derecha y nacionalista vasco, son mimados por el socialismo español. Junts, nacionalista independentista, es derecha y sus siete escaños son absolutamente decisivos para que Pedro Sánchez vuelva a ser presidente del Gobierno. Abstención o voto a favor del socialista. Por tanto, también son mimados por el socialismo español.

No podemos caer en la tentación, el PSOE sin duda lo hará, de considerar a PNV y Junts como progresistas. Las elecciones generales de julio las ha ganado la ultraderecha, blanda y dura, ciento treinta y seis escaños del PP más treinta y tres de VOX. Un total de ciento sesenta y nueve escaños de ultraderecha nacional. A los que debemos añadir las derechas nacionalistas navarra y canaria, un escaño cada uno de ellos. Si sumamos vemos que ciento ochenta y tres escaños en el Congreso español son de derechas en sus distintas versiones, derecha muy derecha, ultraderecha, derechas nacionalistas y derechas independentistas. ¡Derechas!

Parece ser que bastantes han caído en la tentación de alegrarse y vanagloriarse de que se ha parado a la derecha y ultraderecha. Sin embargo, hoy España es más de derechas e infinitamente más neoliberal que hace unos años. Es probable, y de hecho así ha sido, que Sumar “saque pecho” por no haber multiplicado y sí restado a base de vetos. Sumar se ha dejado por el camino demasiados escaños y varios cientos de miles de votos con respecto al peor resultado de Unidas Podemos. Y eso que, pretendía superar lo que representó Podemos en 2015 e incluso adelantar al PSOE. Sumar podría caer en la tentación de intentar que no existiera ningún miembro de Podemos en el Consejo de Ministros de un futuro Gobierno, haciéndole una vez más el trabajo sucio al PSOE. Sánchez no veta, Yolanda …

Por último, un apartado en clave local, alguien podría caer en la tentación de reivindicar los resultados de Sumar en Ceuta. Vamos a revisar los datos y obtendremos respuestas. Lo primero de lo que nos damos cuenta es de que sus votos no han superado los alcanzados por Unidas Podemos en las anteriores elecciones generales, ni tan siquiera ha llegado al 3%. Es más, es imposible no percatarse de que su candidato al Congreso ha obtenido menos votos que la candidata al Senado que ni tan siquiera ha comparecido un segundo durante toda la campaña. Alguien podría pensar que las conclusiones son evidentes.

Como dijera Soul Etpes:

“Los cimientos del desastre suelen ser los mismos con los que se construye una personalidad narcisista”.