Acción de la sanidad del Protectorado español en Marruecos

Antonio Muñoz-Manero Fernández, teniente coronel de Infantería colaborador de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta.

Acción de la sanidad del Protectorado español en Marruecos
Dispensario indígena de Tetuán
Dispensario indígena de Tetuán

Siendo el año 2023 el año en que se cumple el 150 aniversario de la entrada en filas del Ejército Español del eminente científico D. Santiago Ramón y Cajal, el Ejército de Tierra ha marcado como efemérides homenajear a la Sanidad Militar y, desde el Centro de Historia y Cultura Militar de Ceuta, queremos rendir homenaje a los hombres y mujeres que llevaron este servicio durante los años del Protectorado español en Marruecos.

El Protectorado de España en Marruecos consistió en la administración del territorio norte de Marruecos, en el que nuestra nación se estableció formalmente tras la firma del Tratado Hispano-Francés de 27 de noviembre de 1912 y continuó hasta 1956 con la independencia de Marruecos.

El Protectorado era dirigido por un Alto Comisario que se ocupaba, además del Ejército, de la Administración del Estado, con competencias en diferentes servicios, y entre otros, el de Sanidad.

La situación de la sanidad y la higiene en el norte de Marruecos, en la época en que España se hizo cargo del Protectorado era absolutamente desastrosa, con procedimientos, medios y profesionales que no habían evolucionado desde la Edad Media.

Para afrontar esta situación, ya en 1916 se creó la Inspección de Sanidad, haciéndose cargo de los consultorios y dispensarios indígenas de los hospitales y enfermerías. El Cuerpo Militar de Sanidad fue el responsable de la organización de la Sanidad en el Protectorado, ocasionando una fuerte expansión del citado Cuerpo.

La Alta Comisaría contempló principalmente la labor sanitaria como fuente de mejora de las condiciones de vida de la población y secundariamente como un instrumento de penetración y atracción de la población. Por ello, la sanidad y la medicina avanzaron a la par que la ocupación militar y sirvieron como un elemento más de pacificación. Su implantación en las zonas rurales corrió a cargo de las Intervenciones Militares.

Para la Administración de la sanidad en el Protectorado se dispuso la creación de hospitales, dispensarios y enfermerías, así como otros centros sanitarios específicos (manicomios, leproserías y centros de puericultura), farmacias y botiquines, conforme a reglamentos e instrucciones vigentes en la época.

Los médicos militares, además de proporcionar el servicio sanitario a las Unidades españolas desplegadas en el Protectorado, también lo hicieron con las unidades del Majzén y dieron servicio a los consultorios y dispensarios indígenas, como estrategia de penetración pacífica.

Hasta la pacificación del territorio en el año 1927, la organización sanitaria estuvo en manos del Ejército en las zonas de guerra y en manos civiles en las zonas pacificadas. La máxima autoridad en asuntos de Sanidad fue el delegado para Asuntos Indígenas del Protectorado.

La asistencia médica y las medidas sanitarias servían para compensar a la población por los daños de la guerra, para mostrarles las ventajas de la civilización europea y para facilitar por ambos medios la ocupación del territorio por parte del Ejército, paso previo necesario para la implantación de la Administración protectora.

Formando parte de la acción sanitaria del protectorado se construyeron hospitales en las ciudades más importantes, en Tetuán, Larache, Nador, Villa Sanjurjo, Xauen y Alcazarquivir, que eran complementados con los de Ceuta y Melilla en caso de necesidad.

El hospital de Tetuán, la capital del Protectorado, era modélico en su organización con una capacidad de 105 camas, distribuidas en 18 camas para hombres musulmanes, 12 camas para mujeres musulmanas, en medicina y 8 camas para hombres musulmanes y 6 para mujeres musulmanas, en cirugía. El reparto era similar para los españoles. El resto de camas pertenecían a las diferentes especialidades médicas.

La institución o espacio más representativo y más específico de la actuación médico-sanitaria española en Marruecos fue el Dispensario Indígena. Los dispensarios daban servicio sanitario a una población, de treinta mil a cincuenta mil habitantes.

Otra de las instituciones sanitarias del Protectorado eran los consultorios de kabilas, la institución más original de todas, dispensarios que atendían a las kabilas de una zona determinada. En 1930 la red sanitaria comprendía 10 dispensarios urbanos y 48 consultorios de kabila.

Labor de vacunación de los médicos militares en los primeros tiempos del Protectorado
Labor de vacunación de los médicos militares en los primeros tiempos del Protectorado

Además, para atender la especial idiosincrasia del pueblo musulmán, se crearon en Tetuán, Larache y Alcazalquivir, servicios exclusivos para las mujeres y niños, que se denominaron “Consultorios de mujeres y niños musulmanes”, atendidos por personal facultativo y auxiliar, también femenino, exclusivamente.

En el año 1939 se creó la Organización de la Sanidad Oficial del Protectorado, como un servicio exclusivamente estatal que comprendía todas las actividades médicas y sanitarias, locales, regionales y nacionales. El proyecto se confió al Dr. Juan Solsona Cunillera, quien reorganizó la sanidad en el norte de Marruecos.

La acción de España en Marruecos, como país protector, duró 44 años y la labor sanitaria comenzó desde el primer momento, pero durante los primeros 15 años, hasta la paz de 1927, aquélla se desarrolló de manera incompleta. Finalmente, en los últimos 29 años, la acción sanitaria pudo llegar a todo el territorio marroquí confiado a España.

En los años del Protectorado se consiguieron importantes logros, entre otros, tener una legislación sanitaria completa y adaptada a las necesidades del país, proporcionar atención médica por personal especializado, español y marroquí, masculino y femenino y la construcción de edificios e instalaciones sanitarios modernos, con instrumental científico-médico, clínico, quirúrgico y sanitario de toda clase.

Asimismo, se proporcionaron servicios médicos y sanitarios diversos: de investigación, de tipo asistencial ambulatorio y a domicilio, los de hospitalización y los de protección a la madre y al niño con las maternidades y centros de puericultura.

Otro de los grandes logros de la Sanidad en el Protectorado fue la implantación de campañas sanitarias que consiguieron la desaparición de las grandes epidemias que asolaban al país: viruela, tifus, disenterías, sífilis, afecciones tifo-paratíficas y paludismo. También se redujo de manera elevadísima la mortalidad infantil.

Los sanitarios españoles, médicos, enfermeros, auxiliares, farmacéuticos y veterinarios realizaron una labor encomiable cuya huella está patente hoy en Marruecos. Si hay que destacar una figura clave entre los médicos militares del Protectorado, ése es Mariano Gómez Ulla. Durante la guerra del Rif destacó su labor coordinando la evacuación de los heridos y la organización de la asistencia sanitaria en el desembarco de Alhucemas, punto de inflexión de la contienda, y su actividad asistencial.

Entre sus acciones en el frente destacó la organización de un hospital quirúrgico de montaña transportable a lomos de mulos, que con unos 60 mulos podía montar un hospital con 100 camas y un bloque operatorio cerca del frente para acercar la asistencia al herido. Este hospital se estrenó en abril de 1922 realizando más de 400 intervenciones.

También organizó “grupos quirúrgicos de campaña”, auténticas ambulancias de “servicio vital avanzado” y coordinó la evacuación de los heridos desde los hospitalillos de campaña a los barcos-hospitales y su ulterior traslado a la península ibérica.

La doctora Mª del Monte Lopez Linares, médico de las mujeres musulmanas
La doctora Mª del Monte López Linares, médico de las mujeres musulmanas

Entre los médicos civiles queremos destacar a la doctora María del Monte López Linares. Gracias a ella, en Tetuán, la Inspección de Sanidad autorizó en el año 1929 a poner en marcha un dispensario para mujeres y niños musulmanes. Consiguieron inaugurar una Escuela de Practicantes y Enfermeras Indígenas y una Escuela Oficial de Puericultura. Ellas comenzaron la campaña antivariólica, vacunando a millares de personas. La doctora del Monte dedicó su vida profesional a Marruecos.

Debemos sentirnos orgullosos de la obra del Protectorado español en Marruecos, que llevó los avances europeos a una zona muy deprimida con una organización tribal. España lo hizo respetando los usos y costumbres de la población marroquí.

Por parte de la Biblioteca Histórico Militar se ha realizado una exposición virtual de la bibliografía sobre la Sanidad Militar en el Protectorado existente en sus estanterías que puede ser consultada accediendo al código QR que se adjunta.

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