A pesar del sol radiante, la sombra del apagón cubrió la ciudad de Manresa, en Cataluña. Por primera vez en la historia, fallaron todos los sistemas eléctricos en Europa, afectando también a Portugal, Andorra, Francia, Alemania e Italia.

Llegadas las 12:30 horas del lunes 28 de abril, los murmullos de las personas que caminaban apresuradas por las calles se convirtieron en susurros de sorpresa y desconcierto. Pasadas las 23:00 horas del mismo día, Red Eléctrica informó que se había recuperado el 51 % del suministro.

Cuando se inició el apagón, muchos ciudadanos intentaron comunicarse con sus allegados, mientras otros se detuvieron en seco, señalando los comercios y locales con las luces apagadas.

El apagón los tomó por sorpresa. En estaciones de tren de Barcelona, Valencia y Madrid, muchos usuarios del servicio quedaron sin poder retomar sus destinos; los metros debieron ser evacuados y ni siquiera se pudo hacer uso de los autobuses. Lo más preocupante: los semáforos y hospitales también se vieron afectados. Incluso algunas personas quedaron atrapadas en ascensores.

En los restaurantes, donde suele verse un importante movimiento de clientes, esta vez el escenario era de desolación. Las mesas quedaron vacías en un instante; quienes estaban a punto de calentar su comida en el microondas tuvieron que abandonar sus platos, incapaces de seguir con sus planes.

Mientras tanto, las calles se llenaron de comerciantes y transeúntes que, con rostros sorprendidos, buscaban respuestas en medio de la penumbra.

Muchas personas salieron a preguntar cuánto duraría la interrupción.

¿Ciberataque, corte de cable o incendio en una subestación? Ante la ausencia de una explicación oficial, se barajan diferentes teorías. Desde Red Eléctrica aún no tienen constancia de las causas y no especularán al respecto.

Mientras tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró en rueda de prensa que se trata de un "ataque directo a la soberanía europea", señalando a Rusia, y al que la UE responderá con "unidad, fuerza y resiliencia".

Varias ciudades de España, normalmente bulliciosas, se convirtieron en escenarios de una oscuridad sin precedentes. Y la duda sobre un posible ciberataque aún planea en la sombra.